viernes, 11 de junio de 2010

Disidencia impresa

Atravesar el umbral de nuestros hogares para navegar en un mar de miradas duras y
posturas intransigentes, modales bruscos y ademanes violentos ya es cotidiano para los que
compartimos este pedazo de terreno.
Si acercamos demasiado el olfato al papel de los periódicos de fin de semana, podríamos oler que la tinta con que están impresos está mezclada con sangre seca, coagulada, negruzca... Ya no es tarea fácil dejar los problemas en el perchero dela entrada, la violencia se ha alojado en el búnker más profundo de nuestra individualidad.

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