sábado, 6 de febrero de 2010

Pueden seguir desvistiendo realidades, o hacer que creamos que escuchar y gritar no es lo único que importa.
Me da asco todo lo que me rodea. A veces estar sola me ayuda a comprender que la compañía es solo lo que te lleva al desastre.
Ésta mañana, en un arrebato de subsistencia, y cumpliendo mi promesa de no-agresión, he cogido la maquinilla y me he rapado al dos el pelo frente al espejo.
Al otro lado me miraban unos ojos abiertos, curiosos y vulnerables. Era yo. O mejor dicho, era ella. La chica que me controlaba cuando todo lo que necesitaba me soltaba de la mano.
Sentí la necesidad de esconderme del mundo, de taparme la boca. Como si todo lo que fuese a decir no causase más que problemas.

1 comentario:

Seguidores

Datos personales