sábado, 4 de junio de 2011

Ojalá no tuvieras miedo

Y vuelvo a empezar, con las mismas ganas de oler la mierda. Te noto temblar bajo mis costillas. Un todo o nada. Desequilibrarnos. Dejamos de respirar, las milesimas de segundo giran a nuestro alrededor a una velocidad que da miedo. Abres los ojos, me comen tus pupilas, y sin querer otra vez desnudos, a cien mil kilómetros por segundo, preparados para despegar... si tu quieres, claro. Tus nudillos extorsionan las sensaciones, y yo... me pierdo buscandote las caricias. Intentando que olvides que alomejor no soy esa chica que estas buscando. Luchando por enredarme entre tus pasiones, y dejando que todo el aire que tiemblan mis pulmones roce cada centimetro de tu espalda.

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